Alterando por completo la percepción,
un solo beso pudo reestablecer todo mi universo, de nuevo.
Transportados a una realidad alternativa donde tan solo mirábamos
con excitación como nuestros cuerpos se unían en uno solo, todo a
partir de ese insignificante beso.
Fue difícil en ese momento para mi, mirar al
espejo y distinguir la ilusión, el sueño, el deseo, de la realidad. Reconocer
si esas personas besándose eramos nosotros o nuestros avatares
jugando en el corazón de cada uno. Imaginando que los suaves labios
que rozaban eran reales.
Si. Eran reales.
La ternura, el calor, la humedad de tus
labios. Sé bien que eran reales, y sé que lo siguen siendo. Tu
cuerpo, tus brazos rodeando mi cuerpo al dormir, tu respiración y tu
mirada. Tan hermoso panorama escapa totalmente a la capacidad de mi
imaginación. Dispuesto a besarte durante toda la eternidad, te
acaricio. Dispuesto a corresponder cada una de tus fantasías hasta
el final.
Abrupto final.
Al abrir los ojos ya no estas. Al creer que puedo ser alguien para ti, ya no estas. Al creer que existias.
Todo es tan irreal, tan fantastico. Todo es tan absurdo. No existes. Tu no existes. Tu ya no existes.
Tu ya no existes en este mundo, ni en mi corazon.
Ni en los sueños que cree para los dos.
No eres mas que un sueño al que ya no recurro.