Colores Santos

Noche, muy tarde. Frustrado y decepcionado. Cansado. Herido. Sufriendome a mi mismo. Dividido entre las ganas de tenerte, cuidarte, amarte y llevarte a mi mundo o las ganas de quebrarte el cuello y saltar al cielo dejando tu sangre marcar el camino como testigo de una mas que grotesca e innecesaria decisión.


Es un corazón latiendo a contraluz, la ternura y el amor enemistados a muerte. Irracional. Ilógico. No importa, la confusión crea un ambiente paradójico.  Autodestrucción.

[ naturalmente catastrófico ]

No tengo recursos, no tengo mas que el silencio. Yo soy el silencio en tu respuesta. Soy la noche y la tristeza. Soy la electricidad que flota luego de la tormenta. La oscuridad que deja tu figura a medio día. La pena que busca tu cordura y el dolor que adora tu mesura. Soy la gota que derrama el vaso. Soy el vaso que se llena de groserías, el vaso que provoca silencios. Soy el aire viciado de aquel cuarto abandonado donde decidí volver a empezar.

Fuera de contexto. Fuera de este mundo. Fuera de tu vida. Fuera de mi vida.

El fuego de esta habitación sube por mis piernas, trepándose a mi espalda y dibujando alas doradas que brotan de mi ser ya carente de vida.
No te preocupes, estaba muerto antes de entrar.

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